Coria es de esas ciudades que han tenido una enorme importancia económica y vital en la comarca donde se asienta. Lleva escrito su glorioso pasado en cada uno de los detalles arquitectónicos de sus calles, castillos y templos. Merece la pena hacer una pequeña pausa en el camino y acercarse a contemplar uno de los capítulos más importantes de la historia de la alta Extremadura.
El origen de Coria lo tenemos que buscar mucho tiempo atrás, por el siglo VI a.c.. Cuentan que se construyó para servir de capital a los Vettones, pueblo celta que se asentó en las estribaciones más occidentales del sistema central. Su nombre deriva precisamente del que tuvo desde este preciso momento: Caura.
A partir del siglo II a.c. se produce la invasión romana. Los Vettones plantarán cara al enemigo tomando como aliados a sus vecinos lusitanos. El nombre de Viriato ha estado muy ligado siempre a esta tierra y sus hazañas todavía se cuentan como propias. Fue importante el legado romano. Crean la Vía de la Dalmacia, destinada a unir las ciudades de Caurium (Nombre romano que se dio con posterioridad a Coria), Emerita Augusta y Mirobriga, aunque la más importante obra civil que llevaron a cabo fue la impresionante muralla que sirvió de refugio a la ciudad. Todavía podemos contemplar en muy buen estado de conservación las puertas del Sol y de la Ciudad, ambas flanqueadas por dos torres cuadrangulares de apariencia inexpugnable.
Durante el periodo romano debió ser grande su influencia e importancia, pues al poco de comenzar la era cristiana fue nombrada sede episcopal. Este hecho contribuirá por una parte a incrementar significativamente su patrimonio arquitectónico y por otra a magnificar la relevancia que ya ejercía sobre toda la zona.
Entre los elementos que conforman este patrimonio podemos destacar el castillo, edificio militar que se construye como símbolo del poder feudal y cuya torre del homenaje parece estar sacada de uno de esos cuentos de caballeros, pero sobre todo, la Catedral, cuya figura se presenta majestuosa a la vista del viajero que se acerca ciudad. Comenzó su construcción sobre el lienza sur de la muralla, a finales del siglo XIV. Su estructura se asienta sobre poderosos muros que sostienen una única nave de extraordinaria hermosura. Es este un monumento que no podemos dejar de visitar.
Junto a la Catedral encontramos otros dos edificios de especial relevancia, El Palacio Episcopal y el Palacio de los Duques de Alba. A sus pies podemos caminar sobre el puente de origen romano cuyo cauce se encuentra seco, debido a la desviación del recorrido original del río Alagón (Por este motivo se le denomina el Puente Seco). Si deseamos conocer algo más sobre la historia de esta ciudad debemos acercarnos a Museo de la Cárcel Real, donde se muestran varias colecciones de epigrafía romana, el Fuero de Coria, además de varias exposiciones temporales de diverso tipo. Coria conserva, además, indicios de su pasado hebreo (Calle Sinagoga), y forma parte de la constituida Red de Juderías, que agrupa a un buen número de poblaciones cacereñas y portuguesas.
Dos apuntes más para finalizar este corto recorrido. De gran fama en la región son los Sanjuanes de Coria. Declarada de interés turístico nacional, Esta fiesta esta estrechamente relacionada con la figura del toro y se celebra entre el 23 y el 29 de Junio. Y no muy lejos de allí se encuentra otra de las zonas naturales de Extremadura, declarada zona de especial protección de aves (ZEPA): Los Canchos de Ramiro.
La Catedral de Coria
Coria tiene un patrimonio histórico importantísimo, pero la referencia simbólica de la ciudad de Coria es su Catedral de Sta. María de la Asunción, monumento histórico-artístico desde 1931. Mandó construirla el obispo Pedro Ximénez de Préxamo.
Su silueta se vislumbra desde la lejanía, guiando al visitante.
La construcción de la Catedral comienza a finales del S. XIV y dura tres siglos. El resultado es una mezcla de varios estilos artísticos.
Elevados y potentes muros, una sola nave muy amplia y bóvedas con nervaduras estrelladas. La nave tiene capillas laterales y en el centro de esta se alza el coro, de estilo plateresco y con sillería gótico-flamígera, cerrado al público por una artística reja.
Debió existir una anterior Catedral Gótica hoy desaparecida, de la que nos ha quedado su claustro gótico, de arcos apuntados y bóveda de crucería en las galerías interiores, está adosado a la parte norte de la Catedral.
En el S. XVIII se construye la torre de la Catedral y como, diseñada por Manuel de Lara Churriguera. De esta época son también los pináculos y balaustradas como guardianes de la gran nave. La torre tiene que ser reconstruida después de dañarla el terremoto de Lisboa de 1755.
La capilla mayor también está cerrada por una reja del S. XVIII. En él destaca el retablo barroco, con algunas esculturas que resaltan por su belleza, la de la Asunción y la de la Piedad, así como algunos sepulcros destacables por su monumentalidad, como el del propio Ximénez de Préxamo y el obispo García de Galarza.
La Catedral tiene dos portadas dignas de mención. La portada septentrional, principalmente de carácter gótico pero con elementos de decoración renacentista. Su decoración plateresca está formada sobre todo por medallones, grutescos, cresterías, etc.
La portada occidental está formada por tres cuerpos, sus formas son de estilo plateresco. Se la llama la Puerta del Perdón y es la más monumental de todas. Fue diseñada por Pedro de Ibarra. En ella aparecen escenas de la Anunciación, la Natividad y la Epifanía, una escultura de la Virgen y la imagen del Padre Eterno. Aparecen aquí representados también personajes históricos como Cleopatra y Marco Antonio. Sus elementos decorativos son medallones, guirnaldas, querubines, grutescos, ángeles, guerreros, etc.
Junto a la portada norte también llamada del Evangelio, se encuentre el llamado Balcón de las Reliquias, donde antiguamente asomaba el mantel de la Sagrada Cena, y que hoy forma parte de las reliquias del museo catedralicio. La Catedral cuenta también con majestuosos órganos.
El museo catedralicio recoge una importante muestra del arte religioso: pintura, orfebrería, tallas escultóricas, etc.
Las campanas de la Catedral de Coria son un precioso juego de magnífica sonoridad. Hay cuatro grandes, tres pequeñas, y un juego de pascualejas, que son cuatro en un mismo yugo.
Los Sanjuanes
Una vez más, como en tantos lugares del país, emerge la tradición milenaria española del culto al Toro. El hombre se enfrenta a la fiera, a la fuerza. El origen del rito tenía un significado, después de muerto el toro, el hombre pisaba su sangre, comía su carne y sus testículos, para que esa fuerza y poder fecundador le fueran transmitidos. La costumbre de comer la carne se ha mantenido a lo largo de los siglos.
En Coria, la fiesta se hace coincidir con el solsticio de verano, entre los días 23 y 29 de Junio. La importancia de esta fiesta es tan grande que se considera Patrimonio Cultural e Historia Viva de Coria, y ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Regional y Nacional.
La fiesta consiste en lidiar al toro en la plaza del Ayuntamiento por muchos valientes, y después dejar libres a los animales para que los mozos y no tan mozos, corran delante de los toros, eso si, dentro de la parte amurallada del Casco Histórico de Coria, que cierra sus cuatro puertas del recinto para que no se escape el astado. Dos horas después el toro está muerto pero la diversión sigue dentro del recinto, esperando a que llegue otro encierro que será en la madrugada.
El toro, tanto en la lidia como en los encierros, es el protagonista de la fiesta, pero en torno a él: la diversión, la tradición, el riesgo, el jaleo, la llegada del verano, la demostración del valor, el desafío, etc. El ambiente de los encierros es indescriptible, la tensión se siente en el aire, y la padecen o la disfrutan, según se mire, tanto corredores como espectadores.
La tradición de correr los toros es muy antigua, ya se menciona en datos del S. XVII, en la Chancillería de Valladolid, durante el reinado de Felipe II.
Pero como no sólo con toros se divierten los hombres y las mujeres, la fiesta de S. Juan se adereza con conciertos, con folclore, concursos, con las fiestas de las propias peñas...
Esta fiesta está unida a la tradición religiosa, por ejm: Las fiestas comienzan el día 22, con la procesión del Corpus Christi, y al día siguiente hay misa y procesión de San Juan. Seguida de la procesión del primer día, se nombra al abanderado o abanderada de las fiestas, que es un Concejal del Ayuntamiento que se encarga de la organización de la fiesta ese año.
La noche de la víspera, que es la noche de San Juan, se prende una hoguera, en la que se quema el capazo, y alrededor de la hoguera se canta y se baila, vestidos mozos y mozas de impecable blanco con pañuelos rojos, como en los San Fermines.
Hay encierro de madrugada y por la mañana, incluyendo lidia del toro. Los encierros tienen crónica diaria, pueden ser largos y complicados o rápidos y limpios, que duren sólo un par de minutos.
Suele haber incidencias, normalmente no muy graves. Se suelen suceder anécdotas como la salida de maletillas a lucirse con el toro y revolcones varios. Entre todos los días de los Sanjuanes hay un día más completo, en que se sueltan tres toros, uno de madrugada, otro al medio día y otro al atardecer.
Tres toques de campana de la Iglesia de Santiago avisan de la suelta de los toros por las calles. A la voz de "Toquen la tercera campana", se suelta el toro. Los que no vayan a correr deben desaparecer del recinto cerrado. No es fácil entrar en el recorrido del toro sin saberlo, está muy claro, y está señalado que si entras corres un riesgo, que asumes voluntariamente.
Por toda la ciudad se dispone de croquis visibles, en los que se señala el recorrido del toro, para que todo el mundo esté informado.
Los corianos respetan al toro, no lo maltratan porque él es el protagonista de la fiesta. Los corredores no sólo deben ser valientes, sino respetuosos con el toro y sobre todo listos. Ellos usan las rejas de las ventanas para subirse a ellas cuando hay peligro de ser corneado, pero saben muy bien cual eligen, si pueden, prefieren reja con un balcón encima, para trepar a él si hay problema.
Dicen que Coria cuenta con el dispositivo de seguridad más perfecto de todos los lugares donde se corren toros, y que si sucede un percance los sanitarios sólo tardan un minuto en llegar. A pesar de esto, las instituciones aconsejan que los forasteros, antes de correr, se informen bien de los lugares de refugio con los que cuenta el recorrido, de los lugares habituales de aglomeraciones, etc. Por una vez, es mejor no hacer caso al refrán de: Allí donde fueres, haz lo que vieres. Es más aconsejable ver lo que hacen, sin intervenir nada más que en divertirse, que es muy seguro que lo hagas.
Todos los años se entregan trofeos a los mejores toros, pero existen muchas clasificaciones, por ejemplo:
- Trofeo "Toro Popular"; "Bobo de Coria"; "Julio Campana", al mejor lance taurino; "Triana" al mejor toro presentado, y "Limón", al peor toro de la temporada.
Entre las Peñas, que son muchas y variadas, existe una histórica: La Junta de Defensa del Toro de San Juan, que data de principios del Siglo XX, cuyo fin era asegurar que hubiera toros en la fiesta, si por un casual el Ayuntamiento no podía hacerse cargo. El fin último de la peña según el acta es realzar e impulsar la Peña. Hubo un periodo en que no se celebraron Sanjuanes, de 1937 a 1943, durante el cual dejó de funcionar la peña, pero con el tiempo se reorganizó y desde 1955 volvió a funcionar hasta la actualidad.